Con este cuento pretendo mostrar que es la defensa de evitación y como dirige nuestros pensamientos y comportamientos. La finalidad es comprender como usamos estas defensas día a día y como nos perjudican.

Imagina que vas andando por el campo un día de verano soleado y caluroso. En tu camino te encuentras a tu amigo Pepito que esta recostado en una balsa de purines (lugar que contiene las heces de los cerdos) como si fuese la orilla de la playa. El olor es insoportable, Pepito esta lleno de purines y la expresión de su cara refleja el malestar de estar en esa balsa. Pasas mirando con actitud perpleja y continuas tu camino.

Al día siguiente vuelves a pasar y tu amigo sigue allí, «¿como es posible que continúe permaneciendo en ese repugnante lugar?», te preguntas. Al cuarto día vuelves a pasar, observas que Pepito sigue igual y le dices: » Pepito, ¿como puedes llevar cuatro días, con este calor, en este sitio tan asqueroso y con esa cara de estar pasándolo tan mal?. Te contesta: «He hecho una apuesta con unos amigos y me han dicho que si aguanto una semana en la balsa, me ganaré 1.000.000 euros». Por esa cantidad de dinero casi le pides que te haga un hueco, pero te marchas de allí con cara de desconfianza pensando que le están engañando.

Al investigarlo descubres, con pruebas, que a Pepito le estaban tomando el pelo y acudes de nuevo a la balsa. Allí le muestras que todo es una broma y que no le van a pagar nada. ¿ Que piensas que hizo ? lógicamente, al ver que ya no le iban a recompensar, ya nada merecía estar sufriendo tanto, salió de la balsa y marcho hacia su casa.

La defensa de evitación: Moraleja

Cuando estamos pasándolo mal y eso nos perjudica y no hacemos nada por remediarlo, algún beneficio mucho mayor estamos obteniendo a cambio.

En la próxima entrada del blog explicaré que esta detrás de la defensa de evitación y porque es tan difícil erradicarlas debido a los grandes beneficios que obtenemos a cambio.

Escanea el código
Ir al contenido