La psicoterapia transpersonal está enfocada a aquellas personas que estén diagnosticadas con algún problema emocional o trastorno psiquiátrico. Esta terapia ayuda a las personas, que en sus vivencias del día a día se van produciendo hechos y acontecimientos que les producen estrés y ansiedad, que lejos de generar trastornos o traumas, condicionan su pensamiento y comportamiento creando en ellas un cierto malestar cotidiano.
El acompañamiento en la Psicología Transpersonal
La forma de acompañar terapéuticamente a las personas en la línea de la psicología transpersonal es diferente a otras corrientes psicológicas. En ella cada persona que acude a consulta es tratada como única, por lo que no se puede hablar de comparaciones ni de trastornos, sino de falta de habilidades y de conocimiento interno para hacer frente al sufrimiento.
Desde esta perspectiva, la terapia es un viaje que se hace “acompañado” y cuya meta es “el sí mismo profundo” con todas sus sanadoras consecuencias. Por tanto, en psicología transpersonal, el término “terapeuta” significa “acompañante” y lo que realmente resuelve problemas es el crecimiento personal y la expansión de consciencia de la persona que acude a consulta.
A través de técnicas humanistas y transpersonales, el terapeuta va acompañando a la persona en su viaje de conocimiento interior. En esta búsqueda se exploran las causas que provocan su sufrimiento sin centrarse solamente en apaciguar sus síntomas.
La persona irá aprendiendo habilidades para manejar sus pensamientos, emociones equilibrando su energía vital. En definitiva, aprenderá a aceptarse y quererse más ,mejorando sus relaciones con los demás, su salud y su bienestar.
Una terapia transpersonal será aquella que finalmente nos ponga en contacto con nuestra identidad esencial. En realidad, el término transpersonal hace referencia a lo que está más allá de la persona.
Psicología transpersonal: fases de la terapia
Como punto de partida, toda terapia comienza ayudando al sujeto en conflicto a poner fin al grado de su sufrimiento .
Posteriormente y, una vez restablecido un cierto nivel de equilibrio emocional, el terapeuta transpersonal guía en el proceso de apertura de sus dimensiones interiores y, para ello, el plan terapéutico puede desarrollarse en tres etapas:
Primera etapa: conocimiento de la propia identidad
A lo largo de esta etapa se entrena al sujeto a observar todos los matices posibles de su propio conflicto. Es decir, aprender a dirigir la mirada interior, incrementando el autoconocimiento y la consciencia de sus propios patrones mentales y emocionales.
Dicho “darse cuenta” aborda los elementos psicológicos implicados que causan inquietud y en muchos casos sufrimiento. A partir de este punto, el sujeto comienza a ser capaz de asumir y aprovechar el inmenso caudal de oportunidad que su crítica “situación personal” ofrece.
Lo que más nos irrita de los demás es aquello que puede conducirnos a un mejor entendimiento de nosotros mismos.
Carl Jung
Segunda etapa: reprogramación y relativización del Ego
En esta etapa, el sujeto aprende a nombrar sus diferentes partes internas . Este proceder recrea nuevos patrones de pensamiento derivando la vida futura de su yo personal.
El sujeto aprende a conectarse con sus verdaderas necesidades y elegir lo que quiere vivir. Constatando que lo que sucede en su mente se debe a un proceso íntimo de “interpretación de la realidad”.
Desde aquí, el sujeto ya consciente abre un nuevo horizonte vital, en cuya construcción ya puede intervenir y optar.
Lo importante no es lo que sucede sino como lo interpretamos.
Lair Ribeiro
Tercera etapa: hacia la esencia
Aquí, el sujeto construye el puente entre su Ego o mente pensante y el nivel transpersonal o Identidad Esencial. Conforme se avanza, el sujeto se reconocer como Ser Espiritual que se manifiesta en la Conciencia Testigo.
Desde este nivel, intuye la finalidad de su vida y el propósito de su propio devenir. Así, los errores se perciben como experiencias no casuales de aprendizaje hacia el despertar de la conciencia.
Y para finalizar este apartado, dedicado a la psicología transpersonal, aludiremos a una celebre cita:
No eres una criatura humana en una aventura espiritual, sino una criatura espiritual en una aventura humana.
Theilard de Chardín